Desde el año 2007 la Fundación concentra la mayoría de sus esfuerzos en trabajar por el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la isla de Barú y principalmente de la Unidad Comunera de Gobierno Rural de Santa Ana, en donde promueve y estructura iniciativas, financia y gestiona recursos de terceros, así como redes y alianzas para la ejecución de proyectos que se enmarquen dentro de sus 5 áreas de trabajo (desarrollo empresarial, democracia participativa, preservación y desarrollo de un medio ambiente sostenible, educación técnica y capacitación práctica e integración familiar) bajo el entendido de que la población debe concebirse como un ecosistema en el que se deben abordar distintas problemáticas interdependientes para lograr un desarrollo sostenible.